Cualquier empresa está expuesta a sufrir un siniestro importante que, en el caso de las pymes, puede llegar a poner en serio riesgo su propia supervivencia de no estar correctamente asegurado, dado que puede no contarse con la liquidez suficiente para hacer frente económicamente a los costes. Sin embargo, cada compañía, dependiendo de distintos factores como el sector en el que opera, su tamaño o su cartera de clientes, tiene unas necesidades diferentes de protección. Por ejemplo, no es equivalente el riesgo de recibir posibles reclamaciones por parte de terceros en una tienda física que vende al público que en una fábrica de tornillos. Todo ello deben tenerlo en cuenta los gestores de la entidad a la hora de diseñar su programa de seguros.
Existen algunos seguros que, en la mayoría de los casos, son obligatorios para una empresa, como por ejemplo:
- Un seguro de Responsabilidad Civil Profesional, que es imprescindible para profesionales como los médicos, los abogados o los agentes financieros.
- Los seguros de Accidente de Convenio para determinadas profesiones, que cubren, por ejemplo, la posible incapacidad permanente total, la incapacidad permanente absoluta y fallecimiento, o los accidentes que pueda sufrir el trabajador en el desempeño de su labor.
- En algunos ámbitos, como la construcción, el seguro Decenal, que permite brindar a los compradores de un inmueble nuevo una garantía ante posibles daños.
Además de estos seguros, existen otros que habitualmente son muy recomendables para una pyme, de cara a aportar la mayor tranquilidad posible, como es el caso de:
- Los seguros Multirriesgo, que cubren desde el incendio de las instalaciones de la compañía a los daños eléctricos, los posibles robos o los destrozos que puedan traer consigo los fenómenos meteorológicos adversos.
- Un seguro de Responsabilidad para directivos y altos cargos, que cubre posibles errores en la gestión de estos profesionales y evita que tengan que responder con su patrimonio personal por ello. Este tipo de garantía también incluye el gasto en la defensa judicial y el pago de indemnizaciones llegado el caso.
- El seguro de Crédito, que incluye la prevención de riesgos, la gestión de recobros y las posibles indemnizaciones que se deriven. De este modo, una empresa está protegida ante el riesgo de no recibir el abono de las cuentas pendientes, ocasionado, por ejemplo, por una insolvencia declarada o por créditos impagados.
- Lucro Cesante, que cubre los gastos fijos de la empresa, como el pago de los salarios, y la pérdida de los beneficios esperados si se produce un siniestro en las instalaciones que afecte a su actividad.
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