Durante un largo periodo, los tipos de interés se han situado en niveles próximos a cero, incluso con fases en negativo. En este contexto, el ahorrador menos propenso al riesgo en sus inversiones ha visto muy limitadas sus opciones. Con el repunte de la inflación en los últimos tiempos, se ha recuperado el interés por los productos financieros de renta fija. Sin embargo, la opción más tradicional, la de los depósitos bancarios, no ha acompañado el ritmo de subidas de los tipos de interés, de ahí que en los se haya disparado la demanda de letras del tesoro entre los particulares, buscando una rentabilidad exenta, hasta cierto punto, de inseguridades.
Sin embargo, el mercado ofrece otras posibilidades tan ventajosas o más que la deuda pública y que no han tenido la misma demanda por tratarse de productos menos conocidos por el gran público, acostumbrado a elegir entre el limitado catálogo que le ofrece su banco (depósitos, cuentas remuneradas y, para los más avezados, fondos de inversión).
Para los ahorradores que priorizan la seguridad sin renunciar a la rentabilidad, los seguros de vida ahorro constituyen una alternativa más que interesante. Su gran ventaja es que, al contratarse por un plazo determinado, la aseguradora ofrece una rentabilidad garantizada al vencimiento, con el plus de que los rendimientos que se obtienen a lo largo del tiempo se suman al capital invertido, con lo que también generan mayor rentabilidad. De esta forma, se optimizan los beneficios asumiendo un riesgo muy bajo.
Otras de sus características es la flexibilidad. Dentro de los seguros de ahorro se puede optar por un seguro de prima única, en el que todo el capital se invierte al inicio y que permita o no aportaciones adicionales, o un seguro de prima periódica, en el que se establecen primas mensuales, trimestrales, etc. Así, puede adaptarse fácilmente a las preferencias y necesidades de cualquier cliente.
La liquidez de la inversión es otro atractivo de los seguros de vida ahorro. Si bien los productos financieros con tipos de interés garantizado, en general, no destacan precisamente por su liquidez, en el caso de estos seguros, siempre es posible rescatar el dinero y, normalmente, no tienen penalización a partir del primer año. No obstante, conviene destacar el hecho de que, si el plazo de inversión se extiende a cinco años, se obtienen beneficios fiscales adicionales.
Además, como se trata de un seguro de vida, se incluye la cobertura por fallecimiento y, en muchos casos, también la de invalidez.