Los planes de pensiones cuentan con importantes ventajas fiscales, pero aun así no han tenido en España el mismo desarrollo que en otros países de nuestro entorno. Una de las razones que más limitaban a este producto de ahorro es que son ilíquidos hasta la jubilación, es decir, no podemos rescatar el dinero que hemos invertido hasta que nos jubilemos, a no ser de sufrir casos excepcionales como enfermedad grave o desempleo de larga duración.
Esta problema se acentuaba todavía más en el caso de los jóvenes, que deben afrontar una inversión muy larga, a 30 o 40 años hasta que se jubilen, sin la posibilidad de recuperar su dinero.
Pues bien, los jóvenes ya no tienen esta excusa para no invertir en planes de pensiones y beneficiarse de sus ventajas fiscales, ya que el Gobierno ha regulado que podrán hacerse líquidos, sin limitación alguna de cantidad, a los 10 años de realizada la inversión. La medida comenzará a aplicarse en 2025.
El Gobierno cree que esta medida y la reducción de comisiones máximas incentivarán la contratación de estos productos, especialmente entre los más jóvenes que empiezan a trabajar.
Tampoco se prevé que, transcurridos los 10 años, vaya a haber una salida masiva de dinero de los planes de pensiones, ya que los partícipes valorarán las ventajas que le ofrece el plan hasta su jubilación. Por ejemplo, en el sistema similar a los planes de pensiones que existe en el País Vasco, denominado EPSV, siempre ha existido la posibilidad de liquidez y las salidas de patrimonio son mínimas.
En la actualidad, hay 72.000 millones de euros ahorrados a través de planes de pensiones individuales, y otros 35.500 millones de euros en planes de pensiones de empresas.
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